Resolución del Parlamento Europeo sobre la necesidad de una estrategia de la UE para el Cáucaso Meridional (2009/2216(INI))

20 de mayo de 2010

  1. Reafirma que el principal objetivo de la UE en la región es fomentar el desarrollo de Armenia, Azerbaiyán y Georgia hacia países abiertos, pacíficos, estables y democráticos, dispuestos a establecer relaciones de buena vecindad y capaces de transformar el Cáucaso Meridional en una región de paz, estabilidad y prosperidad sostenibles, con vistas a reforzar la integración de estos países en las políticas europeas; Considera que la UE debe desempeñar un papel político cada vez más activo para alcanzar este objetivo, desarrollando una estrategia que combine su poder blando con un enfoque firme, de acuerdo con los países de la región y complementado con políticas bilaterales;

Cuestiones de seguridad y resolución pacífica de conflictos

  1. Subraya que el mantenimiento del statu quo en los conflictos de la región es inaceptable e insostenible, ya que conlleva el riesgo constante de una escalada de las tensiones y una reanudación de las hostilidades armadas; considera que todas las partes deben comprometerse activamente para lograr la estabilidad y la paz; aboga por el uso de programas transfronterizos y por el diálogo entre las sociedades civiles como instrumentos para la transformación de los conflictos y el fomento de la confianza por encima de las líneas divisorias; subraya que la UE tiene un importante papel que desempeñar para contribuir a la cultura del diálogo en la región y para garantizar la aplicación de las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, incluida la Resolución 1325 (2000) del Consejo de Seguridad;
  2. Observa que la gestión y la resolución de conflictos, así como el diálogo básico, requieren, entre otras cosas, el reconocimiento de los derechos y los intereses legítimos de todas las partes y comunidades pertinentes, la apertura para revisar las percepciones de los acontecimientos pasados y llegar a un entendimiento común de los mismos, la voluntad de superar el odio y el miedo, la disposición a transigir por encima de posiciones maximalistas, el abandono de actitudes revanchistas y la disposición a debatir concesiones reales, a fin de poder consolidar la estabilidad y la prosperidad;
  3. Señala la importancia de la prevención de conflictos, entre otras cosas mediante el respeto de los derechos de todos los miembros de las minorías nacionales, la tolerancia religiosa y los esfuerzos para reforzar la cohesión social y económica;
  4. Subraya la responsabilidad de los actores externos de utilizar su poder e influencia de forma plenamente coherente con el Derecho internacional, incluida la legislación en materia de derechos humanos; cree que debe perseguirse una cooperación mayor y equilibrada entre los actores externos en la región para contribuir a lograr una resolución pacífica de los conflictos; considera inaceptable que cualquier actor externo introduzca condiciones para el respeto de la soberanía y la integridad territorial de los Estados del Cáucaso Meridional;

El conflicto de Nagorno Karabaj

  1. Acoge con satisfacción el ritmo dinámico de las negociaciones sobre el conflicto de Nagorno Karabaj, ilustrado por las seis reuniones entre los presidentes de Armenia y Azerbaiyán celebradas a lo largo de 2009 en el espíritu de la Declaración de Moscú; pide a las partes que intensifiquen sus esfuerzos en las conversaciones de paz con el fin de alcanzar un acuerdo en los próximos meses, que muestren una actitud más constructiva y que abandonen las preferencias por perpetuar el statu quo creado por la fuerza y sin legitimidad internacional, creando así inestabilidad y prolongando el sufrimiento de las víctimas; condena la idea de una solución militar y las graves consecuencias de la fuerza militar ya utilizada, y pide a ambas partes que eviten nuevas violaciones del alto el fuego de 1994;
  2. Apoya plenamente los esfuerzos de mediación del Grupo de Minsk de la OSCE, los Principios Básicos contenidos en el Documento de Madrid y la declaración efectuada por los países copresidentes del Grupo de Minsk de la OSCE el 10 de julio de 2009 al margen de la Cumbre del G8 en L’Aquila; pide a la comunidad internacional que dé muestras de valentía y voluntad política para ayudar a superar los puntos de fricción que siguen obstaculizando la consecución de un acuerdo;
  3. Expresa su grave preocupación por el hecho de que cientos de miles de refugiados y desplazados internos que huyeron de sus hogares durante la guerra de Nagorno Karabaj o en relación con ella sigan desplazados y se les nieguen sus derechos, incluido el derecho al retorno, el derecho de propiedad y el derecho a la seguridad personal; pide a todas las partes que reconozcan sin ambigüedades ni condiciones estos derechos, la necesidad de su pronta realización y de una pronta solución de este problema que respete los principios del Derecho internacional; exige, a este respecto, la retirada de las fuerzas armenias de todos los territorios ocupados de Azerbaiyán, acompañada del despliegue de fuerzas internacionales que se organizarán respetando la Carta de las Naciones Unidas para proporcionar las garantías de seguridad necesarias en un período de transición, lo que garantizará la seguridad de la población de Nagorno-Karabaj y permitirá que las personas desplazadas regresen a sus hogares y se eviten nuevos conflictos causados por la falta de vivienda; pide a las autoridades armenias y azerbaiyanas y a los dirigentes de las comunidades a que demuestren su compromiso con la creación de relaciones interétnicas pacíficas mediante preparativos prácticos para el retorno de las personas desplazadas; considera que la situación de los desplazados internos y de los refugiados debe tratarse con arreglo a las normas internacionales, incluida la reciente Recomendación 1877(2009) de la PACE (APCE), “Los olvidados de Europa: protección de los derechos humanos de los desplazados de larga duración”;
  4. Subraya que son necesarios esfuerzos reales para allanar el camino hacia una paz duradera; pide a todas las autoridades competentes que eviten las políticas y la retórica provocadoras, las declaraciones incendiarias y la manipulación de la historia; pide a los dirigentes de Armenia y Azerbaiyán que actúen con responsabilidad, rebajen el tono de los discursos y preparen el terreno, para que la opinión pública acepte y comprenda plenamente las ventajas de una solución global;
  5. Considera que debe abandonarse rápidamente la posición según la cual Nagorno Karabaj incluye todas las tierras azerbaiyanas ocupadas que rodean Nagorno Karabaj; señala que un estatuto provisional para Nagorno Karabaj podría ofrecer una solución hasta que se determine el estatuto definitivo y que podría crear un marco transitorio para la coexistencia pacífica y la cooperación de las poblaciones armenia y azerbaiyana en la región;
  6. Subraya que la seguridad para todos es un elemento indispensable de cualquier acuerdo; reconoce la importancia de unos acuerdos adecuados de mantenimiento de la paz según las normas internacionales en materia de derechos humanos que incluyan tanto aspectos militares como civiles; pide al Consejo que explore la posibilidad de apoyar el proceso de paz con misiones de la Política Común de Seguridad y Defensa (PCSD), incluido el envío de una gran misión de observación sobre el terreno que podría facilitar el establecimiento de una fuerza internacional de mantenimiento de la paz, una vez que se encuentre una solución política.