Azerbaiyán no tuvo tanta suerte como Armenia cuando entró en vigor el acuerdo de alto el fuego del 12 de mayo de 1994. Como ya se ha mencionado, cuando se firmó el alto el fuego, Armenia ya había ocupado aproximadamente el 20% del territorio azerbaiyano, de alguna manera había logrado una victoria completa y había creado un Estado independiente de facto, pero no reconocido, en Nagorno-Karabaj. También había desplazado a cerca de un millón de azerbaiyanos de sus lugares de residencia históricos.529 El acuerdo, por tanto, ofrecía a Azerbaiyán la oportunidad de detener más pérdidas militares y territoriales, evitar que su población se viera obligada a abandonar sus hogares y poner fin a la masacre de azerbaiyanos civiles a manos de las fuerzas armenias.
Al firmar el alto el fuego con mediación rusa, Azerbaiyán también consolidó sus relaciones con la Federación Rusa, ya que los dirigentes azerbaiyanos eran muy conscientes de que oponerse a la propuesta rusa en la región podría provocar una agitación política similar a la ocurrida en el verano de 1993, que provocó el derrocamiento del gobierno azerbaiyano y la pérdida de territorios históricos azerbaiyanos en el sudeste de Nagorno Karabaj. Al tiempo que se oponía al despliegue de fuerzas militares rusas en la región, Azerbaiyán también intentó conseguir el asentamiento de las fuerzas internacionales de mantenimiento de la paz en la región bajo los auspicios de la CSCE tras el acuerdo de alto el fuego. Sin embargo, la CSCE no disponía de ese tipo de mecanismo para crear fuerzas de mantenimiento de la paz.530
La única baza política de Azerbaiyán era la posibilidad de ganar tiempo para atraer a inversores y compañías petroleras internacionales que explotaran los vastos recursos de hidrocarburos de la costa del mar Caspio. Así, Azerbaiyán firmó un «Acuerdo del Siglo» con consorcios energéticos occidentales el 20 de septiembre de 1994, 531 tres meses después de la firma del acuerdo de alto el fuego, que reportó a Azerbaiyán sustanciales beneficios económicos y ventajas políticas. De este modo, esperaba aislar económicamente a Armenia, obtener apoyo internacional para preservar su integridad territorial y liberar sus territorios históricos que han estado bajo desde la firma del acuerdo de alto el fuego en mayo de 1994.